Creo que todo
comenzó un poco antes de marzo… Quizá, en diciembre, cuando tuve que dar la
PSU. No creí que desde ese entonces mi destino con ustedes estuviera
escribiéndose. No pensé en dar la prueba para empezar un año universitario,
nada más lo hacía por haberme inscrito gratuitamente. No prestar atención a la
prueba como era debida fue un error, eso fue lo que me llevó a no tener el
puntaje necesario para estudiar Psicología en la Universidad de Concepción.
Peeeero para qué latearlos con mi relato del cómo llegué a la Universidad San
Sebastián, que por cierto, fue una hazaña enorme.
El primero de
Marzo me levanté temprano, iba nerviosísima a mi primer día de clases. Llegué a
la U sin saber dónde quedaba el edificio "Los Notros" comencé a
seguir a la masa, hasta que se dividió en dos grandes grupos. Unos cortaron
hacia el gimnasio, y otros siguieron hasta el "F", fuera de ahí
pregunté a una Joven que caminaba apresurada, si sabía dónde quedaba el F502 y
me indicó el quinto piso de donde estábamos.
No recuerdo su nombre ni su carrera, no tuve tiempo de agradecerle
cuando ya se había marchado en busca de su clase. Llegué a las 8.10 a la sala,
la puerta estaba cerrada y entré con un par de personas más. Todos los puestos
principales estaban ocupados, tuve que acomodarme en la última fila, al lado de
una ventana. La presentación del ramo y de la profesora estuvo interesante, me
agradó desde un comienzo.
En la tarde busqué
mi sala en el edificio Los Canelos. Reconocí algunos rostros de la mañana.
Creía que Nachito era el niño más bonito
y tierno que había visto, y lo único que quería era que me saludara u_u y
Kerstin me llamaba la atención por su cabello. Al no notar que nadie me hablaba
y que todos estaban sumidos en sí mismos, no sabía que hacer ni qué sentir.
Creí por un momento que sería una pésima vida de universitaria, que nadie me
conocería y sería una persona ignorada
por siempre. Eso, hasta que Karly me habló para pedir una botella de agua,
luego saludé a Pablo, Lorena, y creo, a Esteban. Más tarde salimos con Karly y
Esteban al pseudo-recreo antes de entrar a procesos cognitivos práctico. Me
sentí a gusto conversando con ellos, y luego nos despedimos porque en mi
horario no aparecía agendada la clase con ellos. Estuve esperando con unos
estudiantes de pedagogía media en inglés durante muchísimo rato, hasta que me
di cuenta que no era psicología (no se rían, fue feo :c) Luego de encontrar mi
clase correspondiente, comencé a conocer más a mis compañeros gracias a un
juego que nuestra profesora realizó. Al otro día ya pude conversar muchísimo
más con mis compañeros, en clase de Biología con la profesora Bárbara, tuvimos
que presentar a nuestro compañero que estaba a nuestra derecha, y para mi
bendita suerte (y la de él) Sebastian estaba a mi lado. Por la tarde hubo una
presentación y cosas de protocolo universitario.
Al pasar los
meses fui conociéndolos cada vez más, fortaleciendo lazos con algunas personas
de mi sección o de las otras. Aprendí a conocer a más gente, a aceptar las
distintas diferencias, a hacer de lado los prejuicios y a no hablar sin
informarme. Conocí a mi Favorita Leticia por unas coincidencias en gusto, a
Maximiliano por… ni idea por qué lo conocí já, pero gracias al Destino por
haberlo puesto ahí, en mi camino. Conocí a mi Soulmate, siendo un personaje
increíble de segundo año. A Repisón, Zaida, Pamela, a personas de otras
carreras por alguna persona conocida como a Francisco, o mi querido
Frankenstein que me ha apoyado muchísimo (y con él si que fue interesante el
cómo nos conocimos n.n) Volví a encontrarme con gente que nunca pensé
encontrar, a valorar más a mis amigos por no tenerlos cerca, en un constante
día a día.
Bueh, a lo
que iba con esta entrada, es que ya se ha finalizado el primer semestre de
muchos en nuestra vida Universitaria. Quería agradecerles por aquellos buenos momentos
que me han brindado, el apoyo y sustento cuando me han visto decaída, el
compartir alegrías y tristezas, sus preocupaciones, que me otorguen confianza,
que me dejen creer en ustedes y que confíen en mí, que podamos compartir
nuestras experiencias y ayudarnos a surgir cada día como persona y como
estudiante. Gracias por no juzgar, y escuchar antes de emitir opiniones,
gracias por la preocupación constante.
Gracias.
Gracias.




